Nació en Tamazula, provincia de Nueva Vizcaya, Durango, en 1786. Realizó estudios en el Seminario de Durango y luego en el Colegio de San Ildefonso, de la Ciudad de México. Se unió a los insurgentes y combatió cerca de Morelos, donde cambió su verdadero nombre, José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, por el de Guadalupe Victoria. El 25 de noviembre de 1812 realizó una destacada intervención en el asalto de Oaxaca. En 1817 fue derrotado en Palmillos y hubo de esconderse hasta que de nuevo reapareció con la proclamación del Plan de Iguala. Se unió a Santa Anna en Veracruz para derrotar a Iturbide y, al proclamarse la República, fue elegido como primer presidente, cargo que ocupó desde el 10 de octubre de 1824 hasta el 21 de marzo de 1829. Durante su mandato cabe destacar la firma de un tratado con Gran Bretaña; la rendición del Castillo de San Juan de Ulúa, última plaza que mantenían los españoles; también decretó la expulsión de éstos; abolió la esclavitud; fundó el Museo Nacional y dio un gran impulso a la educación. Asimismo, se esforzó por mantener el equilibrio entre los masones escoceses y yorkinos, haciendo frente a sus discordias y venganzas. Hacia el final de su gobierno se produjo el Motín de la Acordada.
Al dejar la presidencia se retiró a Veracruz, a su hacienda “El Jobo”. A causa de sus padecimientos, se trasladó al Castillo de Perote para curarse y allí murió poco después. El mismo año de su muerte, ocurrida el 21 de marzo de 1843, el Congreso lo declaró Benemérito de la Patria. En 1863 el general Alejandro García hizo trasladar los restos de Guadalupe Victoria a Puebla y más tarde fueron depositados en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.
Población aproximada en el año de 1824: 6 500 000 habitantes.